La ideología enmascara una cultura de la "violencia por la violencia" La agresión de un joven antisistema en el metro de Madrid plantea la discusión sobre las verdaderas razones que se esconden tras estas reyertas.
Madrid.- David Madrid –nombre ficticio– convivió codo con codo con jóvenes radicales como Raúl Bravo, quien el pasado 12 de marzo propinó una brutal paliza a Aitor Hernández en el metro de Madrid. Este investigador de tribus urbanas del Sindicato Unificado de Policía (SUP) reconoce que enfrentamientos como éste sólo responden a una cultura de violencia por violencia. “Es cierto que existen ideólogos, pero no todos saben quiénes fueron Marx o Hitler ni se han leído El Capital o el Mein Kampf”, advierte.
En esa misma línea se expresa el sociólogo Amando de Miguel, quien no duda de que estos jóvenes “matarían por cualquier razón y esgrimen la ideología como excusa”, una afirmación con la que discrepa la psicóloga clínica Elena Borges, quien detecta en estas reyertas una base ideológica donde “la violencia está exacerbada”. El caso de Raúl Bravo así lo atestigua. En las imágenes se aprecia cómo este radical, tras tirar su mochila y gritar que “se han mofado de un amigo muerto”, comienza a golpear hasta la extenuación a un Aitor Hernández, que no opone resistencia alguna.
Borges advierte de la influencia que ejerce el entorno en estos casos. “La sociedad actual se encuentra marcada por una pérdida de valores”, afirma. De Miguel ahonda en este aspecto y señala el clima político actual como potenciador de la violencia, una crispación que está retrotrayendo a España a los años treinta”, esgrime. A pesar de estos argumentos, David Madrid advierte de que el tópico de que jóvenes como Josué Estébanez o Raúl Bravo pertenecen a familias desestructuradas “no tiene por qué existir”. El caso de este último, hijo de una profesora, así parece confirmarlo.
El gran impacto mediático de estos sucesos provoca que estas agresiones parezcan más habituales de lo que realmente son. Para acabar con esta creencia, el autor de La magia de las palabras advierte de que “la violencia en España resulta escasa”.
Sentimiento de invulnerabilidad
La creación de estos grupos organizados provocan que los jóvenes se sientan “intocables”, reconoce David Madrid, quien señala los estadios de fútbol, las manifestaciones y los conciertos de música oi o ska –muchos de ellos clandestinos– como los principales focos de reunión de estos radicales. Además, existen fechas clave como el 30 de abril (nacimiento de Adolf Hitler) o el 1 de mayo (Día del Trabajador).
Sin embargo, estas bandas, a imagen y semejanza de la evolución experimentada por el resto de la sociedad, han comenzado a movilizarse en la Red. De hecho, existen páginas web y blogs en los que los radicales de una y otra ideología intercambian opiniones. En una de estas direcciones, amigos de Josué Estébanez, el ex militar que asesinó en noviembre de 2007 a Carlos Palomino, exigen la puesta en libertad de este neonazi, animan a enviarle cartas a su celda de Alcalá Meco e, incluso, facilitan una cuenta bancaria para que los visitantes realicen la pertinente donación económica.
El contacto directo con estos jóvenes radicales no ha permitido a David Madrid “entender su forma de actuar”, aunque sí a dibujar un perfil de estos grupos que le permite conocer su comportamiento y pensamiento, unas averiguaciones que comparte con sus compañeros del SUP en los cursos que imparte sobre estas tribus urbanas
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