Los últimos episodios violentos protagonizados por bandas latinas en Cataluña, como la muerte de un joven en L'Hospitalet o el caso de otro que quedó en coma en Esplugues -ambos sucedidos en los últimos veinte días-, han vuelto a generar la pregunta sobre la incidencia de estas organizaciones en Cataluña. El inspector de los Mossos d'Esquadra Jordi Domènech es el responsable de una nueva unidad dedicada al seguimiento de éstas y otras bandas. Está formada por una decena de personas y comenzó a funcionar a pleno rendimiento, precisamente, la semana pasada.
- ¿Se está agravando el problema de las bandas latinas?
- No hemos detectado un rebrote al alza de la violencia, pese a los graves episodios que hemos vivido recientemente, que consideramos hechos aislados y puntuales.
- ¿Cómo es el perfil de los miembros de estas bandas en Cataluña?
- Actualmente hay unas 3.500 personas vinculadas a estos grupos en el territorio catalán. Y cada vez son más jóvenes, tienen entre 13 y 25 años. Eso sí que nos preocupa. Los miembros más poderosos de estas bandas saben que los más jóvenes pueden ser inimputables y, por tanto, más útiles para cometer algunos delitos.
La mayoría de estos pandilleros pertenecen a familias desestructuradas de clase media-baja. Por nacionalidades, los primeros son los jóvenes de origen ecuatoriano, seguido de dominicanos, peruanos, colombianos y bolivianos. Pero también hay españoles.
- ¿Españoles?
- Sí, suponen aproximadamente el 10% del total. Y también hemos detectado a algunos magrebíes.
- ¿Cómo se les recluta?
- Habitualmente en sus barrios, en los parques que frecuentan, o en las discotecas latinas a las que suelen ir. Las bandas buscan gente para engrosar sus filas y en algunas se obliga a pagar a sus miembros, por ejemplo, 5 euros semanales.
- ¿Cuáles son las zonas en las que se mueven?
- En Barcelona ciudad, principalmente en el distrito de Nou Barris, donde abundan Latin Kings y Ñetas. También en Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Granollers y Vilafranca del Penedès. En Lleida están presentes los Trinitarios -de origen dominicano-, mientras en Tarragona y Lleida estos grupos tienen una menor presencia.
- ¿Ahora están en un momento de auge?
- No, pese a los episodios que hemos vivido recientemente, aunque sí su presencia ha ido aumentando con el paso del tiempo. Las bandas de origen latino llegaron a Cataluña sobre el año 2003, pero fue en 2008 y 2009 cuando experimentaron el mayor crecimiento, auspiciado por la bonanza económica. Y ahora se está dando el proceso contrario, ya que debido a la crisis el número de extranjeros que llega se ha reducido.
- ¿Son un problema del que debemos preocuparnos?
- Nuestro interés policial reside en evitar que los miembros de estas bandas sean carne de cañón para el verdadero crimen organizado y empiecen a participar de delitos más grandes y graves, como ha ocurrido, por ejemplo, en Estados Unidos. Pero las alarmas todavía no se han encendido. Las bandas de origen latino que tenemos aquí se dedican al pequeño tráfico de drogas, a los robos violentos y a las peleas entre ellos mismos o contra las bandas rivales, lo que se llaman 'caídas'.
- ¿Siguen practicándose las violentas pruebas de acceso?
- Sí. Por ejemplo, el aspirante a entrar en Barrio18 debe recibir 18 golpes. O deben cometer pequeños delitos como hurtos o robos, o participar en una pelea contra una banda rival. Con el tiempo, pueden dedicarse al tráfico de drogas a pequeña escala, a robos violentos y a las agresiones.
- ¿Qué hacen los Mossos d'Esquadra para controlarles?
- Precisamente, la semana pasada comenzó a funcionar en pleno la nueva unidad contra estas bandas, que forma parte de la División de Investigación Criminal (DIC). Se trata de un grupo formado por seis agentes, un cabo y un sargento, siguiendo así las directrices del decreto de reestructuración de los Mossos d'Esquadra que elaboró el conseller Felip Puig, en el que se hacía hincapié en la vigilancia de grupos juveniles organizados.
Pero esta nueva unidad no vigilará únicamente a las bandas latinas, sino también a motorclubs, neonazis, bandas deportivas violentas y agrupaciones carcelarias. Al mismo tiempo, se continúa trabajando en la mediación con estos grupos e impartimos charlas en los colegios para que los jóvenes no caigan en estas redes.
- ¿Ha servido de algo aquella idea de legalizar a los Latin Kings y a los Ñetas?
- Aquello fue bien, porque para conformar una asociación legal se evitó que hubiera violencia. Lo que ocurre es que cada barrio, cada capítulo puede actuar de una manera diferente, pese a formar parte de una misma banda. Y algunos deciden ser violentos y otros no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario