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viernes, 1 de abril de 2011

Un árbitro extremeño suspende por primera vez un partido por insultos y gritos racistas contra dos marroquíes


Gritaban: moros, a vuestro país» ABC

Enrique Manuel Cano Lechón, un árbitro más de los miles que cada fin de semana dirigen encuentros de fútbol a lo largo de la geografía española. Sin embargo, este ingeniero de Caminos de 28 años se atrevió a lo que otros compañeros se pensarían más de dos veces antes de tomar la decisión que él tuvo que adoptar el pasado domingo en Cáceres. Harto de escuchar insultos racistas a dos jugadores marroquíes, ordenó suspender el partido a falta de quince minutos para el final.

«Primero se lo advertí al delegado de campo, luego sólo cumplí con la normativa y con mi deber como árbitro», explica con modestia a ABC. En sus siete temporadas vinculado al arbitraje nunca había vivido otra experiencia igual y descarta un racismo generalizado en los campos, «es más bien falta de educación».

No todos piensan así. «Habría que darle una medalla. Mandar a los futbolistas al vestuario es fácil en el Bernabéu o el Camp Nou, donde estás protegido por las Fuerzas de Seguridad, pero en Las Cumbres (localidad donde se disputaba el choque) no había Guardia Civil», afirma el presidente del Gráficas Luengo CF Navalmoral, conjunto de la Regional Preferente extremeña que actuaba como visitante.

Francisco Núñez se lamenta porque no es la primera ocasión en que los hermanos Akran y Mohamed Barrichi son objeto de gritos racistas: «En los tres años de existencia del club ya hemos tenido problemas en Cáceres, en Orellana, dos veces, y en Badajoz, pero el incidente del domingo fue el más grave».

«Una cosa es que dos personas hagan un comentario y otra muy distinta —recuerda— que casi un centenar de espectadores no dejen de llamarte “puto moro” y de repetirte que te vuelvas a tu país». Nada comparado a los gritos de «mono, mono» que atronaron contra el madridista Marcelo en el último derbi. El cántabro Fernando Teixeira Vitienes no reflejó nada en el acta.

Por eso, el dirigente del club de Navalmoral de la Mata destaca la valentía del árbitro. «Había mucha tensión y pudo haber pasado cualquier cosa», asegura Núñez, que destaca la colaboración de la directiva local para apaciguar los ánimos. El colegiado quita mérito a su decisión y dice que, «en las mismas circunstancias, volvería a actuar de igual. No me lo pensaría».

Después de una década residiendo en España, Akran, 21 años, y Mohamed (19), no terminan de entender el motivo de los insultos, que en Las Cumbres no cesaron durante toda la segunda parte: «Moros, iros a vuestro país, nos decían». «Siempre hay algún gracioso que hace un comentario en la grada y luego otro termina pasándose», dice el más pequeño. «Al final vuelves a casa amargado», añade su hermano, que en dos ocasiones ya ha sido sancionado con 450 y 800 euros de multa por responder a los aficionados. «Me insultaban y encima era denunciado, es increíble». Por eso, los jugadores y su club agradecen al árbitro su valiente decisión.

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