La vigilancia policial se va estrechar en esta zona después de que el fin de semana un joven ecuatoriano de 17 muriera apuñalado a manos de otros dos chicos de bandas rivales, de 16 y 23 años. En abril un adolescente boliviano resultó muerto también por heridas de arma blanca exactamente en la misma zona, cerca de la discoteca Capitolio.
Hace dos años, los Mossos montaron un espectacular despliegue en esta zona de ocio nocturno, después de múltiples quejas vecinales, e incluso entraron con chalecos antibala en las discotecas. No obstante, los ayuntamientos de L’Hospitalet y Cornellà han denunciado que se ha bajado la guardia desde entonces, extremo que tanto Mossos como Guardia Urbana niegan.
Las bandas latinas hace años que están asentadas en ciertos barrios de L’Hospitalet, sobre todo el grupo más problemático,los «Latin Kings». No obstante, las mismas fuentes de la Guardia Urbana señalaron a este diario que «existe ahora un problema en la lucha por el territorio, por los barrios, por la zona de estas discotecas». Los «Latin Kings», que hasta ahora tenían como principales rivales a los «Ñetas» y los «Mara Salvatruchas», se enfrentan ahora a los «Bloods», un nuevo clan.
No está confirmado si los protagonistas del último homicidio pertencen a estas dos bandas, pero los Mossos y la Urbana van a intensificar en las próximas semanas su presencia en este polígono.
Los agentes vigilarán muy de cerca la discoteca Capitolio y las otras dos que están a su lado, especialmente en el momento más conflictivo, que es el del cierre, sobre las 5.00 horas de la mañana. Es cuando se producen la mayoría de sucesos, según la Policía por culpa del alcohol y las drogas.
Las mismas fuentes policiales señalaron que estas luchas entre bandas rivales son cada vez más problemáticas, pese a que los respectivos consistorios niegan que sea así y se limitan a pedir el cierre de la discoteca Capitolio.
La última muerte ocurrió en las inmediaciones de este local, que tendría que haber sido clausurado la pasada semana. Lo pidió el Ayuntamiento de Cornellà, pero la juez que instruye el caso denegó la clausura, al sentenciar que «en la actual situación de crisis económica, prevalece el derecho de tener trabajo de los 25 empleados de la discoteca». La petición del cierre tiene su origen en la Plataforma de Afectados del polígono de Can Femades.
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