Afortunadamente no son incidentes que se vean de forma habitual en los últimos derbis andaluces, pero coincidiendo con la II Jornada del Juego Limpio en Primera, los ultras del Betis dejaron en mal lugar los propósitos de 'fair play' en la categoría. Los forofos del cuadro verdiblanco provocaron después de la una del mediodía una reyerta en los aledaños de las taquillas del estadio, aunque todo se saldó sin que hubiera heridos.
El derbi estaba catalogado como partido de alto riesgo en el despliegue de seguridad, pero lo temprano del enfrentamiento sorprendió en parte a la policía. Dio la impresión de que los más radicales de las aficiones de ambos equipos se habían citado a través de las redes sociales, ya que los malaguistas no suelen estar tan pronto en la zona y no tardaron en responder a las provocaciones de los béticos, que muchas horas antes del choque rondaban el estadio de Martiricos.
La página web de este diario ofreció un vídeo que muestra claramente cómo se arrojaron bengalas y que los béticos iban pertrechados con piedras, palos de gran tamaño y botellas de cristal. «Han venido a liarla», reconoció un tendero ubicado junto a las taquillas del estadio que vio cómo le quemaron parte del toldo de su tienda.
Las fuerzas policiales que se desplazaron en numerosos furgones tomaron declaración a varios ultras del Betis y confinaron a todos ellos (en un número en torno a media centenar) en el puente de La Rosaleda. Posteriormente, los acompañaron a las 15.30 horas al interior del estadio, en la zona donde se ubican las aficiones rivales, en la esquina de Tribuna con Gol. La finalidad de adelantar su acceso al recinto fue para evitar nuevos cruces entre aficiones, aunque los cánticos provocativos entre ambas aficiones se repitieron poco antes del encuentro y durante el mismo.
No es el primer incidente antes de un derbi. El 10 de abril de 2010 fue apuñalado un seguidor del Sevilla (y otros dos heridos) en una reyerta en La Roca (cerca del estadio) que también pareció acordada en las redes sociales. Otro Málaga-Betis también registró incidentes, el del 27 de agosto de 2001, cuando hubo un herido cerca del Carrefour Rosaleda y se produjeron carreras en la entrada de los béticos al estadio.
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