En total 29 miembros de la banda se han sentado en el banquillo de los acusados. En una de las últimas sesiones varios 'casuals' la emprendieron a puñetazos contra los Mossos d'Esquadra que les vigilaban.
La condena de Mateo, a quien la Audiencia considera jefe de la banda, incluso impartía sanciones a quien no seguía sus órdenes, queda lejos de los más de 120 años de cárcel que pidió Fiscalía para él, que ha estado en prisión provisional tres años y medio por esta causa.
Contaba con dos importantes colaboradores: Cesar Iván M., que trabajaba como seguridad en locales y era encargado de informar a la banda sobre si finalmente se denunciaban las agresiones, y Antonio T., que mantenía la comunicación entre los miembros en prisión.
La sentencia relata que la banda, al menos hasta enero de 2010, actuaba coordinadamente para lograr a través de intimidación y violencia, después de cometer infracciones penales, influir en las declaraciones de testigos para "lograr la impunidad de los miembros del grupo".
En un episodio, el 19 de marzo de 2006, 15 de ellos entraron en la discoteca Pachá de Barcelona, entre los que estaban Lorenzo P. y David R., que agredieron a un miembro de seguridad golpeándole con una barra de hierro y un puño americano.
También se produjeron incidentes el 14 de junio en el complejo de Isla Fantasía de Vilassar de Dalt (Barcelona), donde un grupo de gente en los que estaban Juan S., Enrique P., Efrén S. y David R., que persiguieron y acorralaron a una persona y le acuchillaron en una pierna.
La discoteca Opium de Barcelona fue escenario de un navajazo de David R. al portero del establecimiento, y en su huida los porteros pudieron neutralizarlo hasta que llegó la policía. Ricardo Mateo también fue protagonista de un robo en un centro comercial de Gavà (Barcelona), donde en compañía de otras dos personas se hizo pasar por mosso d'Esquadra con una placa falsa y abordaron a una persona acusándolo de llevar droga y robándole 1.500 euros.
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