Un grupo radical, relacionado con las nuevas generaciones que pretenden controlar a los Ultras Sur, asaltó el pasado día 31 de diciembre el punto de encuentro de los seguidores del Frente Atlético. No se ocultaron y se identificaron como radicales madridistas. La reyerta, que tuvo lugar en la conocida Bodega del Frente, del paseo de los Melancólicos y próxima al Vicente Calderón, se saldó con dos heridos, siendo uno de ellos uno de los líderes del grupo afín al equipo rojiblanco.
El movimiento no fue casual. Los asaltantes sabían que en ese momento no había muchos miembros del Frente Atlético en el local. Pretendían demostrar que ahora eran ellos los que dominaban la situación y el panorama ultra en Madrid.
En el segundo fin de semana de noviembre, se produjo un hecho semejante con el asalto del bar Drakkar, considerado como el templo radical de los madridistas, situado en la calle Marceliano Santamaría. La ciudad de Madrid está en alerta ante las diferentes acciones que están sucediendo entremiembros de extrema derecha y que se escudan en la defensa de los colores de los dos grandes equipos de fútbol de la capital para intentar dominar a todo el movimiento ultra de la capital de España.
Estos movimientos tienen su punto de partida, tal y como ha ido informando El Confidencial, en una escisión aparecida dentro de los Ultras Sur que pretendía terminar con el control de la vieja guardia ultra del equipo madridista. Una reunión celebrada en Paracuellos fue decisiva para el asalto al poder y el inicio de las hostilidades.
El primer paso, tras un amago el día del choque ante el Málaga, fue el mencionado asalto al Drakkar del 9 de noviembre, en el que buscaban la cabeza de los históricos, Cadenas y Ochaíta. Estos, ante la situación que estaba tomando el asunto, decidieron dejar la jefatura de un grupo que nunca ha estado registrado como peña madridista, pero sí como marca para uso comercial, al igual que también tenían bajo control el dominio de la web.
El Real Madrid cerró las puertas a los Ultras Sur, tal y como quedó demostrado ayer, después de 23 años de presencia en el Santiago Bernabéu. Florentino Pérez fue tajante y prohibió la entrada a todo aquel que utilizara la violencia. El club blanco anuló carnés, prohibió el intercambio de abonos y expulsó como socios a todos aquellos que habían participado en la pelea de las horas previas al partido ante la Real Sociedad.
En el primer día sin Ultras Sur en el Bernabéu desde hace años, algunos integrantes de este grupo radical se dejaron notar antes de que comenzara el Real Madrid-Celta. Así las cosas, un pequeño grupo de radicales se manifestó en las puertas de acceso a la nueva grada de animación. La policía tuvo que hacer un pasillo para que la gente pudiera entrar al estadio sin complicaciones.
De hecho, alguno de los supuestos líderes de este grupo, como el apodado 'el Niño', se ha querido desmarcar de ese control de los radicales. El fútbol no es lo que mueve a este nuevo grupo. Algunos de ellos no esconden su cercanía con el Atlético. Es la política y la ideología cercana a Hitler, y lo que buscan es controlar todos los movimientos ultras de la capital, todo de la mano del nombre 'Outlaw Madriz'.
El siguiente paso dado por el Real Madrid ha sido el de no permitir la exhibición de ningún lema o bandera que se identifique con los Ultras Sur, grupo que el club considera fuera de su control. La consecuencia ha sido lacreación de la grada de animación, que se inauguró ante el Celta, pero que tendrá su verdadera implantación la próxima temporada.
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