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jueves, 7 de febrero de 2013

Los riesgos de ser árbitro en las categorías regionales del fútbol español



Una veintena de personas agredió el pasado fin de semana a un joven árbitro sevillano

Los colegiados de Regional se quejan de la falta de efectivos policiales en los estadios

ALBERTO VARGAS


La brutal agresión que sufrió el pasado fin de semana un joven colegiado durante un partido de la Primera Provincial de Sevilla ha puesto el grito en el cielo en el sector arbitral. Una veintena de personas golpeó salvajemente al árbitro que había dirigido el encuentro entre el Marchena y los Molares cuando éste decidió suspender el choque tras la expulsión de dos futbolistas locales. Estos incidentes han colmado la paciencia de los colegiados que se sienten “desprotegidos” ante este tipo de agresiones en campos de categorías humildes.
Hace aproximadamente un año que Rogerio vivió una de las experiencias más traumáticas de su vida. Aunque llevaba solo tres temporadas como colegiado, a este gaditano le designaron para pitar un complicado partido juvenil entre los equipos del Colorado y el Isla de Leon. El encuentro acabó con triunfo visitante por 4-5. "Era un partido en el que ninguno de los dos se jugaban nada. Cuando me retiraba a los vestuarios irrumpió en el terreno de juego un chaval y sin mediar palabra me dio un puñetazo en el cuello", recuerda Rogerio. El golpe fue tan fuerte que tiró al suelo con violencia al árbitro. "Perdí el conocimiento unos segundos. Cuando abrí los ojos reconocí al agresor. Se trataba de un jugador del equipo local que no había sido convocado para disputar el encuentro", afirma.

"Cuando me retiraba a los vestuarios un chaval me dio un puñetazo en el cuello. Estuve tres meses de baja"

Para Rogerio, "el chaval tenía que estar bebido, porque de lo contrario no tiene justificación alguna una agresión como esta". Durante tres meses, el trencilla andaluz estuvo de baja recibiendo rehabilitación y asistencia sanitaria. Pese a la salvaje agresión, este colegiado le ha perdido miedo al arbitraje porque "no queda más remedio. Después de aquello quise volver a pitar en el mismo escenario en el que me habían agredido". "Tengo claro que nadie se pone en el pellejo del árbitro hasta que no vive en persona algo como lo que me sucedió a mí. Creo que sería muy importante que se erradicara de una vez por todas la venta de alcohol de los campos de fútbol", sostiene.  

Dos días ingresado

El árbitro agredido en Marchena durante el pasado fin de semana / La Voz de Marchena
El árbitro agredido en Marchena durante el pasado fin de semana / La Voz de Marchena
"Después de la paliza que recibí en Benacazón decidí dejar el arbitraje", asegura apesadumbrado Manuel Montaner, un excolegiado sevillano que sufrió una brutal agresión en 2009. Los hechos tuvieron lugar durante el encuentro de juveniles entre el Cerro del Agula y el Betis de categoría Preferente. En esa ocasión, fueron los propios futbolistas del Cerro del Águila los que atacaron al árbitro en el momento en el que expulsaba a uno de sus jugadores por doble cartulina amarilla. Montaner recuerda que "la agresión tuvo lugar dentro del terreno de juego. Recibí patadas y puñetazos hasta que perdí el sentido. Me rompieron varios dientes, me dejaron el ojo hinchado y una cicatriz junto a la boca. En el hospital me detectaron traumatismo craneoencefálico, aunque he sido yo el que se ha costeado los gastos hospitalarios porque todavía no ha salido el juicio". En total estuvo dos días ingresado.
Después de estos altercados, Manuel tomó la decisión de no volver a arbitrar nunca jamás. "Fue la gota que colmó el vaso", reconoce. "Me dolió mucho tomar esa decisión pero, sinceramente, ahora mismo valoro más estar un domingo en el parque jugando con mi hija que tener que estar en un campo de fútbol aguantando a esa gentuza".

Una huelga de árbitros tras una agresión en Galicia

En 2004, José Ángel Orge fue durante algún tiempo el triste protagonista del fútbol gallego. Han pasado casi diez años desde entonces y élrecuerda como si fuera ayer el apaleamiento que sufrió durante un partido de la Tercera División Regional de Galicia. El duelo entre A Lama y Santomé acabó en una batalla campal. Unos veinte hinchas, junto a varios futbolistas locales, agredieron salvajemente a este colegiado gallego instantes después de expulsar a dos jugadores.
Aunque ha pasado mucho tiempo desde entonces, José Ángel revive aquel duelo que le dejó marcado de por vida: "El primer puñetazo lo recibí de un jugador local y el resto de aficionados. Me dieron en la cabeza y en la espalda. Podrían ser unos 20 o 30". "Tuve mucho miedo porque me quedé medio inconsciente. No había policía por lo que me sentí completamente desprotegido mientras recibía los golpes. Alguien llamó a la ambulancia y ésta me trasladó al hospital", asevera el extrencilla.
Protocolo que deben seguir los colegiados gaditanos en caso de agresión
Protocolo que deben seguir los colegiados gaditanos en caso de agresión
El partido de A Lama fue el último que dirigió José Ángel Orge como colegiado. "Se me quitaron las ganas de arbitrar y decidí dejarlo", dice. Diez años después, reconoce que echa de menos dirigir partidos: "Tengo un hermano que es árbitro y me da cierta envidia sana. Desde ese día yo preferí dejarlo por completo. El fútbol es muy bonito y las personas que protagonizan estas cosas suelen ser cuatro mataos, pero también debo decir que hay algunos jugadores que calientan al público y no facilitan mucho las cosas".
Tras la agresión sufrida por Orge, los árbitros pontevedreses decidieron convocar una huelga que obligó a suspender varias jornadas de regional reclamando unas garantías de seguridad.

Cádiz tiene el récord en España de agresiones a colegiados. La pasada temporada hubo 26 agresiones

La provincia de Cádiz tiene el récord en España de agresiones a colegiados. La pasada temporada, los campos gaditanos fueron testigos de 26 agresiones a árbitros, un número escandaloso que ha obligado a tomar medidas al Comité de Árbitros de esta provincia. Juan Antonio Álvarez, su responsable, achaca este número tan elevado de incidentes a múltiples factores: "En muchos campos las agresiones se producen porque se vende alcohol en las instalaciones deportivas, algo que tendría que estar prohibido. Otras veces son los propios padres de los jugadores los que se enervan con los árbitros porque se creen que sus hijos son Messi o Cristiano Ronaldo. También pienso que lo que está sucediendo en el fútbol es un reflejo de la crispación social que se vive en estos momentos en la sociedad", concluye.
Para combatir las agresiones, los responsables del arbitraje gaditano han elaborado un protocolo de actuación que deben seguir los colegiados en caso de sufrir un golpe. Todos los árbitros gaditanos portan siempre consigo unas directrices que consisten en suspender siempre el partido en caso de sufrir una agresión, avisar a la policía acto seguido, acudir a un centro hospitalario y solicitar un parte médico, realizar la pertinente denuncia en la comisaria y, por último, elaborar el acta del encuentro redactada desde casa.

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